Por Cat Ebeling
co-autora de los best-sellers: La Cocina Quema Grasas & Los Principales 101 Alimentos Que Combaten El Envejecimiento
La diabetes es conocida como ‘el asesino silencioso’, pues no sucede de la noche a la mañana. Es una silenciosa enfermedad insidiosa que puede acechar gradualmente, sin que siquiera notes que está sucediendo. Con la creciente proliferación del azúcar y los endulzantes agregados a las comidas, es especialmente difícil evitar los azúcares. Muchos alimentos que nunca considerarías como ‘dulces’ tienen una sorprendente cantidad de azúcar agregado. Incluso algo aparentemente insignificante, como ingerir tan sólo un refresco o un jugo de fruta por día, puede elevar las probabilidades de desarrollar diabetes en hasta un 80%.
El daño de la diabetes puede comenzar con los niveles de azúcar en la sangre de la ‘pre-diabetes’, así que incluso si no has sido diagnosticado con diabetes, aún puedes estar a un riesgo mayor de tener complicaciones de la diabetes tales como enfermedad cardíaca, de los riñones y de los nervios, o enfermedad ocular. Los factores de riesgo del desarrollo de la diabetes tipo 2 incluyen:
- Tener sobrepeso- incluso tan sólo 2-5 kilos de más
- Ingerir una dieta alta en carbohidratos-incluso si piensas que estás evitando los azúcares agregados
- Ingerir bebidas azucaradas, energéticas, u otros de los llamados alimentos ‘saludables’ con azúcares agregados
- Tener más de 45 años de edad
- Tener un familiar con diabetes
- Los antecedentes étnicos africano, nativo americano, asiático, hispano o de las islas del Pacífico
- La diabetes gestacional, si alguna vez has estado encinta
- Tener alta presión sanguínea (140/90) o incluso niveles al límite de hipertensión
- Tener el colesterol LDL superior a 150, el HDL menor a 35, y triglicéridos altos de 250 o más
A menudo la diabetes puede no tener síntomas notorios, o tener síntomas que jamás relacionarías con el alto azúcar en la sangre. Ya que los síntomas pueden variar de una a otra persona, y variar también en su severidad, puede haber un amplio rango de inusuales síntomas de salud, exclusivos para cada individuo.
Una de las principales cosas que debes comprender sobre la diabetes y el alto azúcar en la sangre es que no hay un límite definido que cruzas y de pronto tienes problemas de salud. Piensa en la diabetes y el alto nivel de azúcar en la sangre como un espectro, donde los óptimos niveles de azúcar en la sangre están consistentemente en los 70s y 80s, con niveles de HbA1C por debajo del 5%. Una vez que se superan estos niveles, ingresas en el espectro de riesgo de diabetes, y abres la puerta al daño que puede causar el alto azúcar en la sangre.
El límite de azúcar en la sangre y la pre-diabetes no son condiciones benignas. Cuando ingresas al rango de pre-diabetes, el daño ya está ocurriendo en tu corazón, tus vías sanguíneas, y tus órganos. De hecho, la investigación muestra que apenas dos tercios de los pacientes admitidos en las salas de emergencia con ataques cardíacos ya son ‘pre-diabéticos’. El riesgo de ataque cardíaco aumenta con cualquier nivel de azúcar en la sangre superior a los niveles óptimos. Lo cierto es que la pre-diabetes puede matarte mediante un ataque cardíaco, un paro, y cáncer-antes de que siquiera seas diagnosticado con diabetes.
Así que si alguna vez has sido diagnosticado con pre-diabetes o síndrome metabólico, no pienses que no es algo de lo que debas preocuparte sino hasta llegar al punto de un real diagnóstico de diabetes.
La diabetes tiene muchas señales tempranas, pero a menudo son tan sutiles que puede que no las notes.
Los niveles de azúcar en la sangre pueden comenzar a crecer gradualmente, y los síntomas reales pueden ser silenciosos, o tan sutiles y graduales, que nunca los notes en verdad. Pero no sucede de la noche a la mañana. “…la mayoría de las personas no sabe que tiene diabetes en sus fases tempranas e incluso intermedias”, dice el doctor Aaron Cypess, profesor asistente de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard, y médico del Centro De Diabetes Joslin. Sin embargo, si prestas atención a las señales que envía tu cuerpo, quizás logres detectar el aumento de niveles de azúcar en la sangre, y tengas tiempo suficiente de revertir el daño. Estos son algunos de los más comunes (pero a menudo menospreciados) síntomas del alto azúcar en la sangre de los que debes cuidarte:
-
Orinar con frecuencia, y un aumento en la sed
Aunque la sed y la orina pueden atribuirse a muchas cosas—el ambiente, el ejercicio, la deshidratación, la dieta, la medicación y más, si sucede regularmente, puede que sea el tiempo de prestarle atención. Cuando el cuerpo ya no logra reducir efectivamente los niveles de azúcar en la sangre hay los niveles más altos de lo normal de glucosa circulando por tu sistema, y tu cuerpo intenta ayudar eliminándola con la orina. La orina frecuente, por supuesto, lleva a un aumento en la sed. Pero no busques esa bebida azucarada o ese jugo-¡estarías empeorando la situación!
-
Hambre y “enojo”
Cuando el cuerpo no logra regular efectivamente el azúcar en la sangre, sus niveles tienden a subir y bajar. Un pico en los niveles de azúcar en la sangre tienden a ser seguidos de un bajón, causando temblores, hambre, e irritabilidad. Esto provoca antojos por alimentos con carbos y azúcares, y muchas personas piensan que esta es la mejor manera de mejorar su bajón de azúcar en la sangre — comiendo más alimentos con carbos/azucarados. Esto crea un círculo vicioso que puede elevar los niveles de azúcar en la sangre con el tiempo. De hecho, la mejor manera de estabilizar el azúcar en la sangre es consumir alimentos bajos en carbohidratos y altos en proteínas/grasas saludables. Esto elimina el “enojo” y ayuda a evitar futuras subidas y bajadas en la glucosa.
-
Falta de energía
Las subidas y bajadas del azúcar en la sangre pueden crear una grave falta de energía. Los alimentos azucarados y almidonados pueden causar una subida temporal, pero la caída resultante en el azúcar en la sangre puede hacerte sentir aletargado, como si caminaras sobre arenas movedizas a lo largo del día. Con el tiempo, esto también contribuye a la incapacidad del cuerpo para procesar la energía de los alimentos que consumes. Una caída en la energía también puede disminuir el deseo y la capacidad de salir y hacer ejercicios, posiblemente causando aumento de peso-otro factor de riesgo para la diabetes y la enfermedad cardíaca.
-
Humor irritable y deprimido
Las subidas y bajadas del azúcar en la sangre no sólo te hacen sentir mal, sino que de hecho pueden contribuir a la depresión, la ansiedad, y la irritabilidad. Demasiados azúcares y almidones pueden desequilibrar el sensible microbioma en tus intestinos, lo que reduce una gran parte de la serotonina, un químico cerebral que te hace sentir feliz y en calma. En general, cuando el cuerpo no está bien, tu cerebro lo siente, y te sientes ‘mal’. Así que presta atención a la depresión, la ansiedad y la irritabilidad—puede que tu cuerpo te esté haciendo saber algo importante.
-
Curación lenta
Nuevamente, esta es una de esas cosas que se desarrolla lentamente, y puede ser tan gradual que ni siquiera la notes. La sanación lenta de las heridas y la tendencia a desarrollar inflamación o infecciones es un gran indicador de que tienes alto azúcar en la sangre. ¿Qué se considera como una sanación lenta? La mayoría de los cortes y raspones, si son relativamente pequeños, sanan en una semana o diez días. Si toma 2-3 semanas o más, y las heridas se ven rojas, inflamadas y posiblemente infectadas, puede ser útil medir los niveles de azúcar en la sangre, además de hacer tratar esas heridas.
-
Infecciones por hongos e infecciones del tracto urinario
Los niveles de azúcar en el cuerpo que son más altos de lo normal también pueden llevar a infecciones por hongos y levaduras como la Cándida, además de algunas bacterias patógenas. Los organismos de la Cándida se alimentan de glucosa, así que cuando comes y bebes de hecho puedes estar propiciando la infección de Cándida. La Cándida vive en el tracto digestivo de las personas, también en su vagina, pero normalmente se mantienen en equilibrio. La Cándida fuera de control es usualmente un indicador de que el sistema inmune de tu cuerpo, y posiblemente también tu azúcar en la sangre, están fuera de control. La glucosa en la orina también alimenta a las bacterias y levaduras que, de otro modo, normalmente no sobrevivirían. Las infecciones recurrentes en el tracto urinario, además de las infecciones por levaduras frecuentes o perdurables, son una buena razón para recibir un chequeo médico por parte de un doctor profesional.
-
Visión borrosa
Mucho antes de que los niveles de azúcar en la sangre dañen las vías sanguíneas en los ojos, causando la retinopatía diabética, la visión puede hacerse borrosa. En las etapas iniciales de la diabetes o la pre-diabetes, los niveles de glucosa mayores a lo normal pueden espesar la sangre y de hecho hacer que se acumule en los ojos, cambiando temporalmente su forma, y haciendo más difícil el poder enfocar. Aunque esto puede ser un problema crónico y persistente, también puede suceder luego de consumir una comida alta en carbos, una bebida azucarada, o un postre. La visión borrosa puede resolverse una vez que el azúcar en la sangre esté bajo control y estabilizada, pero eso puede llevar hasta 3 o 6 meses.
-
Hormigueo en manos y pies
Los niveles de azúcar elevados pueden causar complicaciones mucho antes de que sepas que tienes diabetes. Una de ellas es un leve daño en los nervios, lo que puede causar adormecimiento en tus pies o manos. Ya que los niveles elevados de glucosa dañan pequeños capilares periféricos en las manos y los pies, el daño en los nervios resulta por la falta de flujo de sangre y oxígeno. Una sensación frecuente de ‘agujitas’ en las manos y los pies puede ser la señal de daño en los nervios mucho antes de que sepas que tu azúcar en la sangre está fuera de control. El daño en los nervios es extremadamente importante, y es más importante aún manejarlo antes de que haya una pérdida de sensación. La pérdida de sensación puede llevar a un aumento de lesiones, tiempos de recuperación más lentos, e infección-y todos ellos pueden llevar a la amputación.
-
Encías que sangran
Si cepillas tus dientes normalmente, pero al escupir notas sangre, puede que haya problemas con tu azúcar en la sangre. Los niveles de azúcar en la sangre más altos de lo normal también pueden estimular a las bacterias que viven en tu boca y tus encías, causando áreas sensibles e inflamadas que sangran cuando cepillas tus dientes o usas hilo dental.
Todos los síntomas de arriba pueden ser atribuidos a otras cosas también, y no deberías entrar en pánico si te sientes más cansado de lo normal, irritable o sediento por algunos días. Lo mismo aplica para todos los demás síntomas. Pero si se hacen constantes y se acompañan de otros posibles síntomas de la diabetes, es tiempo de consultar con un doctor. Los profesionales médicos usualmente hacen un análisis de sangre para verificar los niveles de A1C (la estabilidad del azúcar en la sangre a lo largo de tres meses), y pueden solicitar un análisis de glucosa en ayuno. Deberías solicitar que también analicen tus niveles de insulina, pues la insulina comienza a elevarse y mantenerse elevada más de lo normal mucho antes de que los niveles de azúcar en la sangre se eleven.
Los cambios en la dieta y en el estilo de vida son claves para revertir y prevenir los problemas en el azúcar en la sangre. Una dieta rica en antioxidantes, vegetales orgánicos, frutas orgánicas, y carnes/aves/pescados criados naturalmente, además de ciertos suplementos, pueden hacer mucho para detener la diabetes, la pre-diabetes, y el daño que pueden hacerle a tu cuerpo.