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Por Cat Ebeling
co-autora de los best-sellers: La Cocina Quema Grasas & Los Principales 101 Alimentos Que Combaten El Envejecimiento
Esta sopa es perfecta para cuando necesitas agregar más verdes a tu dieta—y es una sopa genial para consumir en la primavera y el verano, cuando hay más variedades de ingredientes frescos a nuestro alcance. No es demasiado complicada, y puedes probar de hacer distintas variaciones de ella, dependiendo de lo que tengas a mano y de qué esté en estación. Es deliciosa, cremosa y llenadora.
El ingrediente principal de esta sopa, y el súper poder nutricional, es la alcachofa, o alcaucil. Las alcachofas son miembros de la familia de los cardos. De hecho, la alcachofa es la flor de la planta. Cuando comemos alcachofas, estamos comiendo los bulbos antes de que florezcan. Aunque todos aman los corazones de las alcachofas, de hecho son las hojas y la carne al final de las hojas las que tienen la mayor nutrición.
Las alcachofas brindan una muy alta nutrición, incluyendo potasio, magnesio, calcio, hierro, fósforo, vitaminas B y C, y trazas minerales cromo y manganeso que son muy importantes para la energía, el metabolismo, y la saludable función celular. Y son ricas en fibras, lo que las hace deliciosamente llenadoras.
Los dos potentes químicos naturales en la alcachofa, la cinarina y la silmarina, son muy eficientes para desintoxicar el hígado, estimular los riñones, e incrementar el flujo de bilis. La bilis, que proviene del hígado, rompen las grasas y ayudan a reducir el colesterol. La cinarina de hecho se usó como droga reductora del colesterol, y los análisis muestran que puede reducir el colesterol total y bajar el LDL en cerca de un 20%. ¡Eso es muy impresionante! Y otro beneficio de las alcachofas: ya que ayudan a desintoxicar el hígado, es prudente comerlas luego de haber bebido demasiado. Para ver más sobre los beneficios de la alcachofa para la salud, haz clic aquí.
Ya que la mayoría de los verdes tienen una súper nutrición, distintos vegetales irán bien en esta sopa; yo suelo agregar cualquier vegetal verde que tenga en casa, como col, berza, espinaca, verdes de betabel, etc.
Ingredientes
2 alcachofas medianas o grandes
1 taza de agua con el jugo de 1 limón mezclado dentro
1 cucharada de aceite de oliva extra virgen
1 o 2 puerros, sólo la parte blanca, lavados y rebanados
2 dientes de ajo o más, al gusto
1 o 2 patatines pequeños, en cuartos y rebanados
Hojas de lechugas mantecosa, arrepollada u otra, o espinaca orgánica
1 cucharada de perejil italiano picado
Sal marina
5 o 6 tazas de agua
450 gramos de guisantes Frescos, o 1 taza de guisantes congelados
Decoración
Aceite de oliva extra virgen
Pimienta negra recién molida
Queso Parmigiana-Reggiano, en hebras o rallado
Preparación
Corta los extremos de las hojas de las alcachofas, y quita las hojas duras de la base. Rebana la parte superior de las alcachofas, a unos 2/3 de su altura. Corta las alcachofas en cuartos y elimina los centros velludos. Sumérgelas en el agua con limón cuando termines, para evitar que se oscurezcan.
Calienta el aceite de oliva extra virgen y añade los puerros, las alcachofas, el ajo, los patatines, los verdes y la sal. Pon cerca de media taza de agua y cocina suavemente por unos 5 minutos. Agrega los guisantes y el resto de los ingredientes y cocina en hervor suave, cubriendo parcialmente, por unos 20 minutos o hasta que las alcachofas y las patatas estén tiernas.
Deja enfriar un poco y luego licua para obtener una textura más cremosa. Hazlo trabajando de a tandas, y decora generosamente con el resto del aceite de oliva, pimienta, y queso Parmigiana Reggiano recién rallado. Sirve 4 porciones.
También debes saber que esta receta es un bocadillo bajo glucémico, perfecto para diabéticos, por su mezcla de fibras, grasas saludables, antioxidantes y cantidades razonablemente bajas de azúcares y carbos que impacten el azúcar en la sangre.
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