por: Mike Geary,
Co Autor de los Best Sellers La Cocina Quema Grasa & Los Principales 101 Alimentos Que Combaten El Envejecimiento
Si quieres comer en verdad saludable, perder grasas corporales consistentemente, normalizar tu presión sanguínea, tus niveles de colesterol, prevenir el cáncer e incluso impulsar la salud de tu cerebro y tus niveles de energía, quizás hayas oído últimamente sobre la Dieta Paleo, que ha probado ser uno de LOS mejores métodos para lograr todos esos beneficios, en comparación a otras dietas populares y “de moda” que hay en el mundo.
Lo cierto es que la Dieta Paleo NUNCA será considerada una “moda”, porque es simplemente la manera en la que los humanos hemos evolucionado a comer a lo largo de unos 1.9 millones de años. Comer de un modo similar a nuestros ancestros ha demostrado una y otra vez brindar asombrosos beneficios para la salud, incluyendo la prevención de muchas de las “enfermedades de la civilización” como el cáncer, la enfermedad coronaria, el mal de Alzheimer y otras condiciones crónicas mayormente causadas por las malas dietas y estilos de vida. Pero una de las mayores subestimaciones de la dieta Paleo es que es una dieta carnívora o una dieta súper baja en carbos… ¡Simplemente NO es así!
No hay una única Dieta Paleo, pues nuestros ancestros del mundo entero consumían dietas drásticamente diferentes, dependiendo del clima en el que vivieran, de las tierras, el acceso a las masas de agua, y la latitud en la que vivieran.
En algunos casos, una Dieta Paleo puede componerse de 90% de alimentos vegetales y 10% de alimentos animales y, en otros casos, la Dieta Paleo puede componerse de 90% de alimentos animales y 10% de alimentos vegetales…
Por ejemplo, nuestros ancestros que vivieron cerca del Ecuador tenían acceso constante a más materiales vegetales, como vegetales de raíz y diversas frutas, vegetales y frutos secos.
Por otro lado, nuestros ancestros que vivieron en latitudes más altas y más lejos del Ecuador sólo tenían acceso a las frutas y vegetales en un momento específico del año, y tenían períodos más prolongados en el año, en los que consumían un mayor porcentaje de carnes, órganos, pescados, y otros alimentos de origen animal, o alimentos fermentados que pudieran ser almacenados para el invierno.
Pero los estudios de las tribus aisladas que aún viven de la tierra, y que siguen una dieta de cazadores-recolectores (como el estudio conducido por el Dr. Weston Price) consistentemente muestran una distintiva AUSENCIA de las enfermedades occidentales modernas de la civilización, como el cáncer, la enfermedad cardíaca, la obesidad y el mal de Alzheimer… y esta distintiva ausencia de enfermedades degenerativas ocurre sin importar el porcentaje de calorías proveniente de proteínas, carbos o grasas. Esa es una de las mayores subestimaciones de la alimentación Paleo…
Algunas de esas tribus o grupos de personas que consumen una dieta ancestral. De hecho consumen un porcentaje bastante elevado de sus calorías anuales provenientes de proteínas y grasas (como las tribus Masai y Samburu, o los Inuit) mientras que, por otro lado, también hay ejemplos de grupos aislados de personas como los Kitavans, que consumen un 60-70% de sus calorías anuales provenientes de carbohidratos (mayormente de vegetales almidonados) y que aún así gozan de una salud robusta y de una ausencia de enfermedades.
Y hay otras tribus que suplementan su consumo regular de carnes con diversas cantidades de miel, bayas y frutos secos en ciertos momentos del año y, nuevamente, presentan una salud casi perfecta con sus dietas ancestrales. Es importante notar que los animales de granjas modernas, industrializadas, distan mucho de los animales de caza que nuestros ancestros consumían, así que si quieres tener verdadera salud, debes elegir carnes y huevos de pastura (o animales de caza silvestre) y no carnes o huevos provenientes de granjas industrializadas.
Otra característica de la alimentación de nuestros ancestros es que consumían una dieta de cazadores-recolectores (Paleo) es que siempre consumían todo el animal (a diferencia de los humanos modernos, que mayormente consumen la carne de los músculos), sin desperdiciar nada, consumiendo también los órganos, cartílagos y otras partes ricas en colágeno. Esto era muy importante para su salud, pues las carnes de los órganos son los alimentos MÁS densos en nutrientes del planeta (más densos en nutrientes que la mayoría de los vegetales), y las proteínas de colágeno son importantes para demorar el proceso de envejecimiento, proteger nuestra salud articular, y prevenir el cáncer (tengo otro artículo completo sobre los asombrosos beneficios del colágeno, ¡pronto lo publicaré!).
Como puedes ver, la Dieta Paleo no es necesariamente una dieta baja-en-carbos de por sí, y tampoco es una dieta de base animal, aunque sí se inclina en favor de las proteínas y las grasas en ciertas culturas. La dieta más saludable y natural para los humanos es la dieta omnívora, y no una dieta de base vegetal o una dieta de base animal, por su cuenta. La Dieta Paleo puede variar mucho y ser omnívora en su mayor parte, ¡pero lo más importante es que no es procesada y evita los peores alimentos que la humanidad trajo al mundo… los aceites vegetales refinados inflamatorios, los granos refinados (algunos son peores que otros), y el azúcar!
Como puedes ver, ¡los beneficios de adoptar una manera de comer Paleo pueden ser increíbles! He comido Paleo en un 95% de mi alimentación en los últimos 5-6 años, y nunca me he sentido mejor. Tengo docenas de amigos que han adoptado una manera más Paleo de comer, y han visto desaparecer todo tipo de problemas de salud, incluyendo la eliminación del acné y otros problemas de la piel, problemas de digestión, mejora en la claridad cerebral y, por supuesto, ¡pérdida de muchas gasas corporales!
Si quieres ver TONELADAS de ideas sobre cómo comer Paleo, haciéndolo de una manera excitante y deliciosa en la que disfrutes de comidas y postres que harán agua tu boca cada día, debes probar este nuevo libro de recetas Paleo, aquí.
¡En verdad DISFRUTARÁS de las comidas que verás allí! Y también podrás experimentar una mejora en tus niveles de energía, en la salud de tu piel, en la salud de tu sistema digestivo, en tu claridad mental, ¡y también en tu pérdida de grasas!