Por Cat Ebeling
co-autora de los best-sellers: La Cocina Quema Grasas & Los Principales 101 Alimentos Que Combaten El Envejecimiento
Te sientes fatigado—más allá de lo que una buena noche de sueño puede reparar, te sientes completamente falto de energía, has subido de peso, sientes frío la mayor parte del tiempo, e incluso puede que estés algo deprimido. Ni siquiera tienes las energías para seguir cualquier tipo de programa de ejercicios.
Has cogido toda gripe y resfriado a tu alrededor, así que vas con tu médico y te hace un análisis de sangre. El doctor analiza tu tiroides, y te dice “Tu TSH está en el rango normal, así que tu tiroides está bien”. Te envía a casa con algunas vitaminas, te dice que duermas bien o peor: te dice que está todo en tu mente, y te ofrece algunos antidepresivos.
¿De regreso al inicio? ¿Por qué te SIENTES cansado todo el tiempo? Incluso si tu médico te dice que tu tiroides está ‘normal’, puede que no sea así. Desafortunadamente, la mayoría de los médicos sólo ordenará un test estándar para analizar si hay disfunción de la tiroides, que es el test de TSH. TSH es la sigla que indica la Hormona Estimuladora de la Tiroides.
Cerca de 30 millones de personas sufren de trastornos de la tiroides. Más de la mitad de ellos (60%) no tiene idea alguna que su mala salud y su falta de energías se relacionan con un problema de tiroides. Una de cada ocho mujeres desarrollará algún trastorno de tiroides en algún punto de sus vidas, y la cantidad de personas que sufren de trastornos o disfunciones en la tiroides crece cada año. Algunos estudios han sugerido que hasta un 10 por ciento de las mujeres mayores a 60 años han sido diagnosticadas o mal diagnosticadas de hipotiroidismo.
La baja tiroides, el trastorno más habitual relacionado a la tiroides, se caracteriza por pensamientos nublados, depresión, aumento de peso, constipación, piel seca, pérdida del cabello, e intolerancia al frío, voz ronca, problemas menstruales, infertilidad, rigidez y dolor muscular, y otros síntomas.
Si consideras que cada célula en tu cuerpo es receptora de la tiroides, entonces es fácil ver que la glándula tiroides gobierna todos los principales sistemas del cuerpo. La hormona tiroides se relaciona fuertemente con la función cerebral, el tracto gastrointestinal, el sistema cardiovascular, el metabolismo óseo, la producción de glóbulos rojos, la función de la vesícula biliar y el hígado, la producción de hormonas, el control de la glucosa, el metabolismo del colesterol, el metabolismo de nutrientes, y la regulación de la temperatura.
La tiroides es básicamente el acelerador de una maquinaria sofisticada. Si el acelerador no funciona apropiadamente, la maquinaria se queda atascada, y funciona bien demasiado lento, o bien demasiado rápido.
¿Cómo sucede esto?
La fisiología de la tiroides es compleja. La mayoría de los doctores convencionales solamente usa un test estándar para evaluar la función de la tiroides, que incluye sólo la TSH y la T4. Pero este test estándar sólo evalúa un pequeño porcentaje de los problemas de tiroides, desafortunadamente.
Normalmente, cuando el cuerpo no puede abastecer de suficiente hormona tiroides útil para funcionar apropiadamente, la Hormona Estimuladora de la Tiroides (TSH) aumenta en un esfuerzo para hacer que la tiroides haga más hormona tiroides. Pero muchos problemas de tiroides existen incluso si la TSH se muestra como ‘normal’. Esto es más habitual de lo que podrías imaginar.
¿Y qué se considera “normal” en un test de tiroides? Los rangos “normales” pueden variar entre uno y otro laboratorio, y también entre las interpretaciones de uno u otro médico. Los rangos de laboratorio no se basan en la investigación que nos indique un verdadero rango óptimo, pero en una gráfica curva de valores obtenida de las personas que se analizan, muchas de ellas han tenido problemas de tiroides. Y ese es el punto de inicio de las (malas) lecturas de tiroides. Simplemente no analizan en un contexto óptimo de rangos de los exámenes.
Esto nos lleva a otro problema con el test de TSH estándar de tiroides.
Muchos médicos consideran que el nivel de la hormona estimuladora de tiroides (TSH) puede ser el estándar para diagnosticar problemas de tiroides. Este test se suele realizar cada año como parte de tu chequeo médico anual. El problema con este test es que a menudo mostrará un valor dentro del rango normal, sin notar problemas de tiroides que pueden estar sucediendo. A decir verdad, analizar los niveles de TSH es sólo la punta del iceberg en lo que respecta a diagnosticar problemas de tiroides.
Tu cuerpo crea sus propias dos principales hormonas tiroides—T3 y T4. Cerca del 94 por ciento de la hormona elaborada en la glándula tiroides es la T4. El restante 6% es la T3, nombrada por sus tres moléculas de iodo.
Tu cuerpo convierte la hormona T4 en la forma activa de la hormona tiroides, T3. Si tu cuerpo no es eficiente al hacer esta conversión (lo que sucede muy a menudo), tu TSH se mostrará como normal, incluso si hubiera baja T3. Muchas personas tienen problemas para convertir la T4, lo que significa que tienen suficiente T4 en sus cuerpos pero no logran convertir la T4 en T3 lo suficientemente bien para funcionar apropiadamente. Cuando esto sucede, podemos tener todos los síntomas de una baja tiroides, y aún así presentar un test “normal” de TSH.
Es necesario realizar un test de tiroides más completo, llamado “panel completo de tiroides” que analizará los niveles de T3 y T4, y otros componentes esenciales de la función de la tiroides.
¿Qué causa que la tiroides funcione mal?
Es interesante notar que el hígado y los intestinos son las locaciones primarias para la conversión de T4 en T3, y donde puede ocurrir la ruptura e este proceso de conversión también. (¿Ya comienzas a ver qué tan importante es en verdad la salud de tus intestinos para tu salud en general?)
Tu hígado metaboliza tus hormonas, filtra las toxinas, y limpia el sistema de la sangre. Muchos de los productos de desecho del hígado se envían a la vesícula biliar o al sistema digestivo, para su eliminación.
Ya que la función de la tiroides impacta en el cuerpo entero, cuando es baja, todo se hace LENTO—incluyendo al hígado, la vesícula, y el sistema digestivo. Un hígado empantanado con restos tóxicos no puede convertir T4 en T3 demasiado bien, así es fácil ver cómo esto se convierte rápidamente en un círculo vicioso.
Eso nos lleva a las tan importantes bacterias intestinales. Nuestros intestinos ayudan a convertir al menos 20% o más del T4 en T3, pero eso requiere de bacteria intestinal saludable. Entre tantas otras cosas que involucran un efecto en la apropiada función inmune, la creación de serotonina (para tener un humor feliz) y la ayuda a la digestión, el intestino también ayuda a convertir la T4.
Una mala dieta crea una abundancia de malas bacterias y sobrecrecimiento de levaduras. Cuando hay una carencia de baterías beneficiales en una cantidad apropiada, el cuerpo no puede procesar bien la conversión T4-T3.
Otras cosas que afectan la conversión de la tiroides en los intestinos incluyen el uso de antibióticos, la inflamación por el gluten y otras alergias alimenticias, y ciertos medicamentos—y todo eso lleva a una inadecuada T3.
Si tienes celiaquía o eres sensible al gluten, es muy probable que tengas problemas de tiroides, pues ambas condiciones tienden a ir una junto a la otra.
El cortisol, la hormona del estrés, puede disminuir aún más los niveles de T3 activa, también. La baja serotonina (de la cual el 90% se crea en los intestinos) y los bajos niveles de dopamina, dos neurotransmisores esenciales, también pueden causar problemas de tiroides.
Las deficiencias de nutrientes también pueden llevar a problemas de tiroides. El iodo, el selenio y el zinc son vitales para la apropiada función de la tiroides, y las deficiencias de estos minerales pueden causar trastornos de la tiroides.
Así, es fácil ver que hay diversas razones por las que la mala dieta, los almidones altamente procesados y los azúcares y aditivos no sólo causan disbiosis intestinal (sobrecrecimiento de las bacterias malas), sino que también llevan a deficiencias nutricionales, y todo eso le abre la puerta a la disfunción de la tiroides.
Los problemas de tiroides tienden a ocurrir dentro de los grupos familiares mediante transmisión de una a otra generación, también, así que si sabes que tu abuela o tu mamá han tenido problemas de tiroides, es fácil asumir que tú también podrías tenerlos en algún momento en tu vida.
Los trastornos de tiroides pueden tener un impacto negativo en casi cada sistema corporal.
Ya que gobiernan el metabolismo, las hormonas tiroides pueden hacer que sumas o que bajes de peso, afectar tu sueño, tu humor, tus energías, tu apetito, tu digestión, cuán rápido crecen tu cabello y tus uñas, cuán bien sana tu cuerpo, y qué tan bien combates las infecciones. Una tiroides alta o baja también tiene un gran efecto en tus emociones y tu capacidad mental, causando bien ansiedad y nerviosismo, o bien depresión y niebla cerebral.
La disfunción de la tiroides cae en dos categorías principales: hipotiroidismo o baja tiroides, e hipertiroidismo o tiroides alta. El hipotiroidismo es el tipo más común de estas disfunciones, y afecta principalmente a las mujeres (aunque también puede afectar a los hombres) de cualquier edad. A menudo, el hipotiroidismo se relaciona con la enfermedad autoinmune llamada tiroiditis de Hashimoto.
El hipertiroidismo es una condición en la que la glándula tiroides se hace hiperactiva y produce cantidades excesivas de hormona tiroides. Cuando la glándula tiroides está hiperactiva, cada función del cuerpo se acelera, causando nerviosismo, ansiedad, ritmo cardíaco acelerado, temblores en las manos, sudor, pérdida de peso, y otros síntomas.
La causa más común de hipertiroidismo es el trastorno autoinmune del mal de Graves. Este tipo de trastorno de la tiroides causa que el cuerpo produzca un anticuerpo que causa que la glándula tiroides se vuelva loca. El mal de Graves también tiende a transmitirse de una generación a otra, y es más habitual en las mujeres.
El hipertiroidismo también puede estar causado por bultos o nódulos en la glándula tiroides, que hacen que la tiroides produzca cantidades excesivas de hormonas tiroides. Además, la inflamación de la glándula tiroides—llamada tiroiditis—resultante de un virus o de un problema con el sistema inmune puede causar temporalmente síntomas de hipertiroidismo.
De hecho, puedes tener niveles fluctuantes de hipo y de hiper tiroidismo.
Los signos y síntomas de la baja tiroides incluyen:
- Fatiga que no desaparece tras una buena noche de sueño
- Letargo, nada e motivación para hacer ejercicios
- Depresión y/o mal humor
- Sentir frío todo el tiempo
- Colesterol elevado, especialmente LDL
- Piel y cabellos secos
- Uñas y cabello que crecen lento
- Niebla cerebral, problemas para concentrarse, y olvidos
- Voz ronca
- Aumento de peso inexplicable
- Constipación, hinchazón, o problemas digestivos
- Debilidad muscular
- Sistema inmune debilitado
- Períodos menstruales intensos, síndrome pre-menstrual, o infertilidad
- Cálculos biliares
- Anemia
Los signos y síntomas de la alta tiroides incluyen:
- Nerviosismo y ansiedad
- Insomnio
- Ritmo cardíaco elevado, respiración acelerada
- Ojos que parecen abultados o sobresalidos
- Pérdida de peso inexplicable
- Transpiración intensa
- Debilidad muscular
- Múltiples movimientos intestinales a lo largo del día
- Cabello delgado y quebradizo
- Períodos menstruales livianos o ausentes
Los dos tipos de problema de tiroides, hipotiroidismo e hipertiroidismo, son los extremos opuestos del expectro, y el tratamiento para cada uno es bien diferente. En un caso queremos tener más hormona tiroides, y en otro caso necesitas tener menos hormona tiroides.
Las opciones de tratamiento difieren dependiendo del trastorno particular de la persona y de los detalles específicos del caso. Así es cómo los problemas de tiroides son usualmente tratados con medicina convencional:
- Para el hipotiroidismo el tratamiento común de un médico convencional será darte tiroxina o T4 sintética. El problema con este tratamiento es que tu cuerpo no puede convertir la T4 en T3, no importa qué tanto T4 o tiroxina recibas.
Si el doctor ha realizado un panel de tiroides y nota que tienes baja la T3, puede que indique una combinación de la versión sintética de T4 y T3. Los pacientes que no convierten la T4 en T3 tendrán un mejor resultado usando hormonas naturalmente derivadas como Armour Thyroid, porque contiene tanto T4 como T3 en la proporción correcta.
- Para el hipertiroidismo el tratamiento médico convencional (en los Estados Unidos) es el iodo radiactivo, medicamentos anti-tiroides, o cirugías que eliminen una gran porción de la glándula tiroides.
Todos estos tratamientos pueden tener montones de efectos secundarios, y puede que no tengan su pleno efecto. Por otro lado, toda tu vida puede verse afectada por los problemas de tiroides, así que llegar al fondo del asunto es clave para su resolución.
Tratamientos Naturales De Tiroides
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Suplementos para impulsar la función de la tiroides
El iodo y el selenio—Estos minerales son vitales para una apropiada función de la tiroides, ya sea que tengas problemas de hiper o de hipotiroidismo. La mayoría de las personas con baja tiroides tienen una deficiencia de iodo y, a nivel mundial, esta es la causa principal para la baja tiroides.
Mientras que hay muchos alimentos ricos en iodo, lo cierto es que no abundan en la Dieta Típica norteamericana. Las algas como las dulse, kelp, y nori son unas de las más ricas fuentes de iodo, junto con los pescados silvestres atún, bacalao y los camarones, además de los lácteos crudos y los huevos.
Mientras que puedes comprar sal enriquecida con iodo, de hecho podrías tener un resultado inesperado. En los países en los que el iodo ha sido agregado a la sal, los índices de enfermedad autoinmune de tiroides de hecho se han elevado. La clave al agregar iodo a la dieta es el equilibrio, donde el selenio hace la combinación de nutrientes que ayudan a la función de la tiroides.
El selenio es uno de los minerales más importantes para l salud de la tiroides, y ayuda a equilibrar los niveles de las hormonas T4, ayudando también en la conversión de T4 en T3. Para incluir más selenio, suma alimentos que sean buenas fuentes como nueces del Brasil, espinaca, atún de aleta amarilla o hipogloso, sardinas enlatadas, carne de pastura, pavo, e hígado de res. Las personas con celiaquía, sensibilidad al gluten u otros trastornos autoinmunes son más propensas a las deficiencias de selenio, así que puede que necesiten de un suplemento para recibir sus cantidades necesarias.
El zinc—Es un catalizador para muchas diversas vías en el cuerpo, es esencial para la salud digestiva, y para la conversión de T4 en T3. También es valioso para la función inmune, la salud de los tejidos (interna y externamente), y para la producción de TSH.
El zinc es muy útil para sanar y tensar las uniones intestinales que contribuyen a la permeabilidad intestinal, o al “síndrome de intestino permeable”. Por ello, aumentar tus niveles de zinc puede ayudar a reducir tus síntomas, ¡e incluso llevarte a la remisión!
Las vitaminas B también son muy importantes para la salud de la tiroides, especialmente si eres vegano. Mientras que la B12 es la principal vitamina B que tiene un rol importante en la salud de la tiroides, es importante tomar vitaminas B que existan en un multi-vitaminas del grupo B, equilibrado, pues las vitaminas B funcionan mejor cuando están en un correcto equilibrio las unas con las otras.
Uno de los nutrientes que las personas con enfermedad tiroidea autoinmune Hashimoto son particularmente propensos a tener deficiencias, es la Vitamina B12. De hecho, en estudios las personas con Hashimoto informaron deficiencias en los estudios de esta importante vitamina, y 76 por ciento dijo que se sintieron mejor luego de tomar un suplemento de B12.
Las mejores fuentes de B12 y zinc son las proteínas animales como la res, el pavo, los huevos, etc. Otras opciones no cárnicas incluyen las judías verdes, los espárragos, los garbanzos, el cacao, las coles de Bruselas, las semillas de sésamo, las semillas de lino, los frutos secos y las setas u hongos, pero de estas no se absorbe tan bien la B12 como sucede con las fuentes animales. Nota—si estás tomando B12 extra, toma también un suplemento de multivitaminas B para que funcionen en un mejor equilibrio.
Finalmente, otras deficiencias nutricionales también tienen un rol en la disfunción de la tiroides. Estas incluyen deficiencias de vitamina D, grasas Omega-3, vitamina A, y vitamina E, así que asegúrate de suplementar con formas de alta calidad de esto nutrientes, y también consumir abundantes pescados silvestres, carnes de pastura, y vegetales coloridos en tu dieta. ¡Y no te olvides de tomar algo de sol!
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Maneja tu estrés
El estrés físico y emocional puede elevar la hormona cortisol y poner a tu cuerpo en un estado crónico de modalidad de ‘lucha o huida’. El cortisol tiene efectos negativos en tu cuerpo a largo plazo, como elevar la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, y crear altos niveles de proteínas inflamatorias que suprimen la función inmune y el daño a las glándulas tiroides y suprarrenal. Los cambios hormonales en el cuerpo pueden también afectar la libido, dar problemas de fertilidad, cambios de humor, y más.
Manejar el estrés es complicado si no puedes identificar la causa. Sin embargo, puedes hacer montones de cosas para ayudar a aliviar los efectos del estrés, incluyendo dormir ocho horas de sueño reparador, hacer meditación, hacer ejercicios vigorosos, y hacerte tiempo para relajarte junto a tus amigos y tu familia.
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Reduce las toxinas y la inflamación
Las toxinas químicas, incluyendo medicamentos, píldora anticonceptivas, productos cosméticos comerciales, fumar cigarrillos y los productos de limpieza pueden contribuir a la inflamación—especialmente en los intestinos, afectando tu conversión de T4-T3.
Muchos productos de limpieza hogareños y productos de belleza pueden contener montones de químicos muy tóxicos que no están regulados, lo que pueden causar estragos en el cuerpo. Estas toxinas salen a través del sistema digestivo y contribuyen a los procesos inflamatorios en el cuerpo, afectando la producción de la tiroides.
Otras toxinas inflamatorias pueden incluir la contaminación del aire, el agua del grifo sin filtrar, las botellas plásticas, los pesticidas en las frutas y los vegetales, las carnes criadas convencionalmente, y el trigo, el maíz, la avena y la soya cultivadas convencionalmente (rociadas con el herbicida glifosato, que daña a tus bacterias intestinales). Estas toxinas actúan como alteradores hormonales o endocrinos, e interfieren con la función y el metabolismo de la hormona tiroides.
La inflamación crónica en los intestinos es muy común, y más común aún es la inflamación asociada al gluten en el trigo, la cebada, el centeno y la espelta. El gluten es un alérgeno muy habitual que afecta al menos al 10 o 20 por ciento de la población. Incluso si no tienes señales de intolerancia al gluten, está fuertemente asociado a los problemas de tiroides, y es una buena decisión el eliminar el gluten por completo de tu dieta.
Puntos Clave Para Resolver Tus problemas De Tiroides
Aunque no hay un remedio que funcione de la noche la mañana, puedes dar estos pasos si has estado experimentando los síntomas mencionados arriba, de problemas de hipertiroidismo e hipotiroidismo, y corregir el problema – no los síntomas.
- La glándula tiroides es el termostato del cuerpo, regulando cada función en el cuerpo. Los problemas de tiroides afectan el peso, el apetito, el humor, la fertilidad, la digestión, los niveles de energía y la libido.
- Las condiciones de hipotiroidismo son bastante frecuentes, especialmente entre las mujeres, y menudo quedan sin diagnosticar.
- Solicita un Panel Completo de Tiroides si tienes alguno de los síntomas de hiper o hipotiroidismo.
- Si tienes enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten, puedes estar bastante seguro de que también puedes tener un problema de tiroides. La celiaquía puede pasar inadvertida, así que pide un test de panel celíaco completo. Y asegúrate de pedirle a tu doctor que haga un panel completo de tiroides.
- Otros problemas d salud coexistentes con los problemas de tiroides incluyen anemia, colesterol alto, depresión, profundos períodos menstruales e infertilidad. Si tu médico te ha diagnosticado con alguno de esos, deberías pedirle que haga un panel completo de tiroides.
- Optimiza tu nutrición haciendo cambios en tu dieta y suplementando con nutrientes esenciales. Elimina los procesados, los endulzados, los alimentos almidonados y las carnes criadas convencionalmente.
- Minimiza el estrés realizando ejercicios y meditación.
- Si necesitas un suplemento de tiroides, solicita un reemplazo hormonal natural, bio-idéntico, que tenga tanto T4 como T3, como Armour Thyroid.
Cuando vuelvas a encaminar tus niveles de hormona tiroides a rangos normales, ¡te sentirás como una persona completamente diferente!